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Liderazgo: Necesario y escaso


Se echa de menos el liderazgo positivo en nuestra realidad actual. En todos los ámbitos, no sólo en las empresas, faltan líderes que conduzcan adecuadamente los procesos de adaptación necesarios para avanzar.


En las empresas, se requiere liderazgo para superar los desafíos del mercado post pandemia: cadena logística con severas restricciones que han llevado los precios a las nubes y con escases de mano de obra, materiales y servicios. En los países, se necesita el liderazgo para resolver las tensiones que se producen entre las necesidades y aspiraciones de sus habitantes con la dura realidad financiera y productiva. Es muy fácil que los líderes pierdan el norte y caigan en la tentación de decir lo que los demás quieren escuchar, dejando la cruda realidad “para después”.


¿Qué es lo que hace falta para tener más líderes positivos?


En primer lugar, se necesita de generosidad. Mientras mayor la necesidad de liderazgo, mayor es el esfuerzo que tiene que hacer para conducir a su equipo a un buen término. Este esfuerzo puede requerir soportar la presión a través de discusiones, en vivo o a través de redes sociales, en las que se pone en duda desde la visión de lo que se quiere lograr hasta la forma de hacerlo. El costo personal es alto y la recompensa de ver cumplido el objetivo muchas veces tarda en llegar. El líder requiere de tiempo, no sólo del horario de oficina, sino que habitualmente es 24/7. También requiere paciencia, repetir una y otra vez los argumentos, aclarar las dudas y escuchar los comentarios no siempre bien intencionados de su entorno.


En segundo lugar, se necesita de mucha claridad en cuanto al objetivo a lograr, la visión de lo que se espera conseguir con el equipo. Esto implica conocer el negocio, el tema o la realidad concreta, con mucho detalle, para entender lo que está ocurriendo hoy y cómo es que queremos solucionarlo en el futuro. Sin una visión clara y bien fundamentada, el líder queda a merced de los “cantos de sirena”, como, por ejemplo, soluciones que parecen atractivas, pero no tienen ningún sustento en los datos o en la realidad.


La coordinación de las acciones de todos los miembros del equipo es un tercer aspecto crucial para lograr las metas. En esto, es un verdadero arte saber conciliar la innovación y la participación de todos los miembros del equipo y, al mismo tiempo, cuidar de no desviar el rumbo. ¿Cómo hago que todos participen al máximo posible, pero en la dirección definida? Salvo que el líder tenga una “bolita de cristal”, nunca estará seguro de que las acciones definidas sean las mejores, pero no hay tiempo para discutir hasta el infinito todas las soluciones posibles. La tarea del líder es elegir el plan de acción y ejecutarlo lo mejor posible. Muchas veces tendrá que aplicar su poder para mantener la disciplina y la dirección del equipo.


El cuarto aspecto, que se mezcla con los anteriores, es cómo mantener la motivación y la inspiración de los miembros de su equipo. Tener una visión compartida ayuda, al igual que el perseverar en un camino claro y consistente. Pero la clave está en mantener una comunicación abierta y permanente con todo el equipo, compartiendo los logros, los temores, los fracasos y las esperanzas. Es siempre recomendable destinar un tiempo a conversar acerca de estos temas, no sólo de los contenidos, es decir, de los números, datos, finanzas, sino que también de los aspectos emocionales del proceso. Estas conversaciones permiten conocerse mejor e identificar las motivaciones y el terreno común que le da sentido al equipo.


Un quinto aspecto es la habilidad que tenga el líder para introducir las innovaciones o los ajustes necesarios, cuidando de no perder el rumbo. Puede parecer contradictorio con lo que les decía de mantener un plan de acción firme y decidido, pero se trata de un balance necesario considerando que la realidad es cambiante. Cuando el equipo está demasiado aferrado al camino, es el líder el que debe tener la visión más global que permita los ajustes necesarios. El rol del líder es anticiparse a lo que viene y no guiar por el retrovisor del auto.


Un último aspecto que le quiero mencionar es la ética e integridad del líder. Aunque tiene distinto peso en las diversas sociedades, cuando el equipo siente que no hay consistencia entre lo que se hace y lo que se predica el líder pierde la legitimidad, que es el sustento de todo liderazgo. En algunos países y empresas la falta de integridad es condenada abiertamente y sin ninguna contemplación, en otros grupos sociales esto no se rechaza tan explícitamente, pero igual es condenado de manera indirecta.


Todas estas características del liderazgo son fáciles de entender, el verdadero desafío está en llevarlas a cabo.



Eduardo Saleh Sabat

Psicólogo Organizacional

Septiembre 2022

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