El cambio intencional es aquel que elegimos voluntariamente para mejorar nuestra vida, nuestra organización o nuestros resultados. Como lo hacemos con la creencia y esperanza de mejorar, cuando no lo logramos sobreviene la frustración. Les sugiero algunas recomendaciones para aumentar las probabilidades de éxito con estas iniciativas, sabiendo que el cambio siempre es algo difícil y lleno de desafíos.
Una buena práctica es recordar durante todo el proceso de cambio esa esperanza de algo mejor. Para hacerlo, es bueno “grabar” de alguna manera esa visión esperanzadora, por ejemplo, grabando un mensaje de audio y guardándolo para revisarlo cada cierto tiempo; escribir una nota respecto de lo bueno que sería el cambio y de la sensación de esperanza que tenía al partir, o registrar el mensaje de alguien o algo que los inspiró a hacer el cambio. Lo importante es que este mensaje grabado les evoque la emoción positiva que los llevó a iniciar el camino del cambio.
Todo el tiempo y recursos que pueda invertir en la planeación del cambio será una muy buena inversión. Recuerde que al menos el 50% del resultado de un partido se gana antes de que suene el pitazo inicial. Intente imaginar que va a realizar el cambio hoy mismo, ¿Qué pasará en su empresa si lo implementa? ¿Quiénes podrían oponerse y quienes lo apoyarían? ¿Qué haría que su proceso de cambio fracase? ¿Cuándo podría decir que su proyecto fue exitoso? Mientras más preguntas agregue a esta lista tanto mejor preparado estará para enfrentar los desafíos.
Una tercera práctica positiva es compartir el cambio con sus potenciales aliados. Ojalá que puedan conseguir personas que los apoyen en este proceso, ya sea activamente o bien como soporte “logístico”. Mientras más personas se sumen a su causa tanto mejor, ya le permitirán enfrentar mejor los desafíos que necesariamente surgirán en el camino. Por ejemplo, si es que el cambio que pretendes hacer va a impactar a toda tu empresa, mientras más áreas estén de tu lado te resultará más fácil conseguir un buen resultado.
Una ejecución impecable te puede ayudar muchísimo a lograr un cambio exitoso. Por ejemplo, si parte de la implementación del cambio implica que las personas aprendan a hacer algo nuevo, como operar un sistema de información o una máquina inteligente, entonces la eficiencia del aprendizaje va a ser esencial para lograr tu objetivo. Es conveniente que reserves todos los recursos necesarios para que esta ejecución será bien hecha.
En muchos procesos de cambio surge la idea de cambiar el cambio. Seguro que alguien preguntará: ¿Ya que tenemos tantos problemas, no será mejor volver a como estábamos? El desafío del líder del cambio es distinguir entre las reacciones naturales y muy humanas de resistencia de las genuinas oportunidades de mejorar el cambio, que pueden ser un verdadero aporte a tu iniciativa. Te recomiendo mantener tus oídos siempre atentos a las buenas ideas de mejora, aunque vengan disfrazadas de crítica. Recuerda que lo peor que les puede ocurrir a tus enemigos es que aprendas de ellos.
Durante todo el proceso de cambio abundan las emociones de todo tipo, es una especie de desfile de emociones: Rabia por sentir que las personas no aprecian tu esfuerzo, desilusión por ciertas reacciones de personas que estimas o enojo ante las acciones mal intencionadas. Te sugiero que mantengas la conciencia respecto de las emociones prevalecientes en ti y en los demás, para evitar perder el norte y mantener la esperanza inicial.
Por último, una de las trampas más mortíferas para los cambios es que los líderes aparezcan ofuscados o vengativos con los que no quieren cambiar. Mientras más enojado aparezca el líder más reacciones negativas generará en los demás. Lo que las personas buscan en los líderes es que sean capaces de señalar el camino una y otra vez, con fuerza y claridad, a pesar de lo que las mismas personas hagan para detenerlo. La perseverancia y el optimismo son las llaves maestras para lograr los cambios.
Eduardo Saleh Sabat
Psicólogo Organizacional
Enero 2022
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