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Editorial: Las palabras silenciosas


Las cosas que se dicen sin palabras suelen ser muchas más que las que explicitan las palabras. Ya sea porque somos seres emocionales antes que racionales, porque el lenguaje que dominamos es insuficiente o porque nuestro cuerpo actúa en forma autónoma, el hecho es que el lenguaje no verbal es demasiado importante como para no considerarlo en nuestra comunicación diaria.


Revisemos algunas recomendaciones para manejar la comunicación no verbal, que es un tipo de comunicación bastante distinta de la verbal. En primer lugar, recuerde que estamos siempre comunicando algo. Incluso el hecho de no estar o no hablar es en sí un mensaje, así es que la frase “es que yo no he dicho nada” suele representar una buena excusa para intentar soslayar lo que comunicamos sin palabras. Por eso le recomiendo que decida qué es lo que quiere comunicar desde el principio, antes de entrar siquiera en contacto con la otra parte.


En segundo lugar, se pueden distinguir cuatro formas de comunicación no verbal, que incluyen la presencial, la visual, la auditiva y la de texto. En la presencial, se utilizan todos los elementos; en la visual principalmente los gestos y la postura corporal; en la auditiva están el tono, el énfasis y el ritmo de la voz; y en la de texto el tono del lenguaje escrito utilizado y la connotación de las palabras empleadas. Dependiendo de su objetivo, lo ideal es elegir voluntariamente lo que mejor calce con lo que pretende lograr.


Cada una de esas formas conlleva uno o varios de los cinco sentidos que tenemos, es decir, la vista, la audición, el olfato, el gusto y el tacto. Le recomiendo que utilice al máximo cada uno y los utilice alineadamente para reforzar su mensaje. Por ejemplo, si su comunicación va a ser presencial, considere que estará comunicando desde que saluda, cuando da la mano a la otra persona, el aroma del lugar, el gusto de las galletas o bebidas que le ofrezca a la otra parte. Si es por video, el manejo de los sonidos es clave, además de la vista. Muchas personas u organizaciones recomiendan controlar los sonidos externos vía “mute”, pero tenga en cuenta que cuando silencia su audio en el PC también le está comunicando algo a la otra persona: no quiero que escuche, “estoy en otra”.


En cuarto lugar, recuerde que las formas no verbales actúan como un todo. Por ejemplo, si estamos aburridos, esto se va a notar en los gestos de nuestra cara, en la postura, en el tono de voz y hasta en las palabras que elijamos. Por esto le recomiendo que mantenga alineados sus sentimientos y emociones con el mensaje que pretende expresar. Si quiere compartir la pena por algo que ocurrió, debería sentir pena. Incluso en la forma de texto, cuando esté redactando un email o una comunicación, el sentimiento consistente le ayudará a seleccionar las palabras más adecuadas a lo que quiere expresar.


En quinto lugar, si quiere mejorar la comprensión de los intereses de la otra persona, intente acceder a la forma más completa posible, que es la comunicación presencial. Al poder acceder a todas las señales de la otra persona, le será más fácil descubrir y entender lo que espera y cómo podría llegar a un acuerdo. Es obvio que esta forma es más costosa y a veces no es posible de alcanzar, pero cuando pueda, prefiérala y registre todas las señales que pueda de la otra parte. Lo que va a obtener suele compensar con creces el tiempo invertido.


En sexto lugar, considere que esta comunicación no verbal es una habilidad que se puede desarrollar, tanto para comunicarse como para escuchar activamente a la otra persona. Cuando se trata de expresar sus ideas, las habilidades más críticas son las de hablar, presentar y redactar, dependiendo de la forma de comunicación de que se trate. Cuando su rol es recibir la comunicación, la habilidad de escuchar con los oídos y con la vista al mismo tiempo es crucial, lo que implica que sus percepciones deberían ir más allá de las palabras que escucha.


Por último, todo lo que le recomiendo requiere de preparación antes de iniciar el contacto, de concentración durante el proceso, y de revisión y registro una vez terminada la comunicación. La preparación incluye la selección de las formas que utilizará y la alineación de todos sus mensajes para que sean más potentes. Por ejemplo, si es que va a presentar una solución digital para un proceso que actualmente se realiza con papel y lápiz, el sentimiento de eficiencia podría chocar con el de amenaza a las personas que podrían perder parte de su trabajo o que tendrían que asumir nuevas funciones adicionales. La concentración durante su comunicación requiere evitar que se auto boicotee, por ejemplo, intentando leer los correos o whatsapp que le llegan a su teléfono. Y una vez que termine su reunión o comunicación, dese la oportunidad de tomar notas respecto de lo que hizo bien y de lo que va a hacer distinto la próxima vez.



Eduardo Saleh Sabat

Psicólogo Organizacional

Octubre 2023

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