Existe un consenso, que hoy se ha transformado en parte de nuestra cultura, de la importancia de mantenerse saludable y en buena forma física, tal como se menciona en el artículo que hemos seleccionado para Uds. en este número del AdistraNews. Para la persona gozar de buena salud significa una mejor calidad de vida para sí mismo y mejores perspectivas para su propia familia. Para la empresa implica menos ausentismo por licencias médicas u otros inconvenientes asociados. Creo que todos estamos de acuerdo en eso.
La pregunta en la que no existe acuerdo es cuál es el rol de la empresa en este tema. ¿Es responsabilidad de las personas mantener su salud? ¿Cuánto debería involucrarse la organización en la salud de sus empleados? ¿Cuál es el límite de la privacidad y la libertad individual? ¿Por qué la empresa habría de hacer mejor lo que las propias personas no hacen por su propia voluntad? La respuesta no es única, depende del enfoque de la Compañía en este sentido. Le sugiero a continuación algunos criterios para que los tome en cuenta cuando tenga esta discusión dentro de su empresa.
Un dato de la fuerza laboral actual es que las personas son diversas desde muchos puntos de vista, por lo tanto sus necesidades y preferencias también lo son. La edad, el género, los antecedentes familiares, los grupos sociales a los que pertenecen son algunas de las tantas variables que influyen en las decisiones y preferencias de las personas. Por eso es que cualquier sistema debería ser flexible, con alternativas para que las propias personas elijan según sus propios intereses.
Otro aspecto central es que las acciones que realicen las personas para mejorar su condición física y mental debería ser voluntaria. Las acciones para contrarrestar la obesidad, por ejemplo, no pueden pasar por obligar a las personas a un cierto tipo de comidas. Ni siquiera las campañas de salud públicas pueden demostrar su efectividad a pesar de todos los recursos que involucran, menos se podría pensar que las personas puedan ser obligadas dentro de una empresa. Es recomendable que siempre se consideren opciones para las personas, pero no creo que las acciones obligatorias tengan un efecto positivo.
Las mediciones periódicas son un componente importante en todos los programas que fomentan la vida saludable, por eso es que pueden hacerse obligatorias desde el punto de vista de los requisitos que establece la empresa en su Reglamento Interno, y si son gratuitas para la persona y además sus resultados se tratan en forma confidencial, pueden estimular a la persona a que tome la iniciativa y haga algo para mejorar su condición física.
Otro criterio para los programas de salud y deportes es que deberían tener algún tipo de copago, de tal manera las personas realmente interesadas hagan uso de los beneficios. Típicamente cuando es la empresa la que contrata por ejemplo una determinada infraestructura para deportes, al final el problema es aprovechar ese arriendo porque terminan usándola muy pocas personas. Pareciera ser que lo gratuito no se aprecia como cuando se tiene que pagar.
El otro gran desafío para que las personas realicen actividades deportivas y tengan hábitos más saludables es lo que se menciona como falta de tiempo. El argumento es que “Yo haría deportes pero no tengo tiempo” o bien “No tengo tiempo para preparar otro tipo de comida”. La vieja falacia de no tener tiempo es bastante usada en este caso. Pero como sabemos todos tenemos las mismas 24 horas todos los días del año. O sea que no es un problema de que no tengamos tiempo sino más bien de prioridades. Por lo tanto los mensajes a las personas deberían apuntar a que se le asigne prioridad a aquello que es más saludable. Y la empresa podría partir dando el ejemplo al permitir alguna flexibilidad horario que lo haga más fácil para sus empleados. Este tema plantea un gran desafío desde el punto de vista legal, ya que la legislación laboral se está haciendo cada vez más rígida en lugar de flexibilizarse, pero habría que buscar fórmulas que lo permitan dentro de las posibilidades que permite la ley.
Otro aspecto en lo que podría contribuir la empresa es organizando actividades bien hechas, que sean alternativas entretenidas, serias y bien pensadas. Sin duda que en esto la empresa puede ayudar, al contratar una asesoría especializada para que le organice actividades durante el año. Para entusiasmar a la gente por ejemplo a que juegue futbol o tenis, es muy atractivo si es que se organizan campeonatos con premios, con algún tipo de actividad social, que tengan fechas bien pensadas y con profesionales que supervisen una adecuada ejecución. También se puede pensar en campañas de alimentación, por ejemplo que incluyan charlas de nutricionistas especializados, e información disponible en la web o intranet de la empresa.
Como en muchas actividades, el refuerzo social es clave. Y en esto los líderes son imprescindibles, para que den el ejemplo y estimulen informalmente a las personas para que participen de alguna manera, aunque sea asistiendo como barra para apoyar a los demás. Con el mero hecho de que asistan las personas a un evento deportivo están motivando a los demás, y aumentan las probabilidades de que se entusiasmen en realizar actividades más saludables. Se trata de crear un ambiente saludable, entretenido, que idealmente incluso pueda estimular a las familias de los empleados a participar.
Eduardo Saleh Sabat
Psicólogo Organizacional
Agosto 2015
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